En los años 60, cuando se celebraba la fiesta del Valle, como decían en mi casa refiriéndose a las fiestas patronales de la Virgen del Valle, mi abuelo Mercedes preparaba un espectáculo de "magia" con un gran número de cosas que había aprendido en sus viajes a la India 30 años atràs.
Ir a la India y no entusiasmarse con los encantadores de serpientes y magos callejeros es como no haber ido.
Este juego constaba de un atril, pintado en un color rojo brillante, en cuyo centro colocaba un gran frasco transparente, contentivo de tres muñequitos hechos de caucho a los cuales colocó el nombre de Teodorito, Dorila y Panchito. Y he allí donde estaba "la magia", pues dichos muñequitos, acataban las ordenes que mi abuelo les daba para sacar el signo zodiacal al gusto del cliente.
Cuando niña, me entusiasmaba saber ¿cómo hacía para que el muñequito que uno quería sacara el papelito fuera y extrajera de su caja dicho signo?. Todavía hoy no lo se... Bueno, dicho frasco era recubierto con una tela de terciopelo negro del cual, como un turbante hindú, tenia colocado muchos collares y cuentas de colores que lo hacían aún mas llamativo.
Me acuerdo que mi hermano Reinaldo, el mayor de todos, le acompañaba hasta la plaza del Valle y allí ayudaba a instalar el pequeño y extraño tarantìn de colores. Por supuesto, esta atracción atraía a muchas personas: hombres, mujeres, niños, todos querían que los muñequitos le dijeran su "suerte" y más cuando algunos, querían saber cual era el "truco" para hacer subir y bajar a los muñequitos que tu querías, no el que dijera mi abuelo, el cual complacía a todo el mundo con sus ocurrencias.Muchos asistentes a la celebración vallera quedaban extasiados por la "magia" hecha delante sus ojos y no muchos trataron de adivinar el cómo lo hacía....
El tiempo ha pasado, pero los gratos recuerdos sobre mi abuelo perduran. Hace unos días, mi tía sacó los muñequitos y el frasco de vidrio para enseñárselo a las nuevas generaciones de mi familia, pero, lamentablemente nadie de la casa aprendió el truco de "hacerlos mover a voluntad", sin embargo están guardados con mucho cariño por lo que representan para nosotros.