María Margarita tuvo una infancia apacible y hermosa, con sus hermanos y hermanas, iba hasta la fábrica de Pardo, frente a la bahía de Bella Vista a llevar la comida a su papá. Pero, para poder llegar allí,debía pasar por un gran arenal que unía la parte de ese sector con Guaraguao, para luego enfilar hasta el centro, cerca de la plaza Bolívar, hasta la calle Guilarte, detrás del colegio de las monjas de Porlamar, donde quedaba su hogar.
Por supuesto debían andar a pie, como decía mi abuela," a mediodía en punto".
Por supuesto debían andar a pie, como decía mi abuela," a mediodía en punto".
Cada día, acompañada de su hermana Fina, llevaba el alimento a la orilla de la playa donde laboraba su papá.
Ocurrió que un día, luego de hacer el recorrido diario, venían muy alegres por el arenal, jugando a quien llegaba primero hasta un árbol de uva de playa que era la única sombra del camino.Por aquel tiempo, todo era sol y arena, sin embargo para ellas era un espacio para jugar y compartir mientras se desplazaban hasta Bella Vista.
Decidieron hacer una competencia a ver quién llegaba primero hasta la meta, o sea el árbol de uva de playa.
En veloz carrera, Fina más ágil, se adelantó, perdiendose de la vista de María, y, se escondió detrás de unos arbustos de retamas, esperando para asustarla cuando ésta pasara por el lugar, ya que sabía lo muy asustadiza que era su hermana menor.
Al verse sola en el sendero, la niña María comenzó a llorar llamando a su hermana,no pudo seguirla cuando comenzó a correr, la llamó pero Fina no le contestó.
Al lado del camino, había una cerca hecha de cardones para evitar que los chivos del corral de una vieja casa solitaria, se salieran hasta el arenal, al oír el llanto de la niña, un chivito corrió hasta la cerca sin que ésta lo viera.
Cuando la pequeña lloraba, el chivito le contestaba: meee, meee, meeee..!, corriendo por detrás de la cerca de cardón, cosa que asustó muchisimo a María, quien corrió veloz al ver que el chivito se había salido al sendero de arena.
El animalito creyó que María era su mamá y, cuando ésta lloraba más alto, casi histérica, el chivito la seguía trotando detrás.
Fina, cansada ya de la espera, resolvió salir a ver que había pasado con su hermana y, vio a María corriendo histéricamente con el chivito detrás.
La mayor de las hermanas resolvió terminar con la situación antes que le diera una crisis nerviosa a la niña, y tomó al animalito por los cachos, tratando de aguantarlo mientras María corría adelante para dejar al chivito.Al soltarlo, por supuesto , el chivito continuó detrás, mientras María tomaba arena para tirarle para que las dejara tranquilas, pero en vano, éste continuaba detrás de la niña porque no dejaba de llorar.
Fina entonces regañó a su hermanita y le pidió que dejara de llorar para que el chivito no las siguiera, pero ésta no hizo caso, así que Fina tomó al chivito en pesos y, como un luchador de estilo libre, lo lanzó al otro lado de la cerca de cardón, para que no pudiera salirse y se quedara con su manada.
Así fue como el chivito se quedó en el conuco y cada vez que pasaban por ahí, María pasaba en silencio, en puntillas,casi invisible para que el chivito no la persiguiera más...
Así me lo contó ella misma cuando me dormía con cuentos del ayer.
Ocurrió que un día, luego de hacer el recorrido diario, venían muy alegres por el arenal, jugando a quien llegaba primero hasta un árbol de uva de playa que era la única sombra del camino.Por aquel tiempo, todo era sol y arena, sin embargo para ellas era un espacio para jugar y compartir mientras se desplazaban hasta Bella Vista.
Decidieron hacer una competencia a ver quién llegaba primero hasta la meta, o sea el árbol de uva de playa.
En veloz carrera, Fina más ágil, se adelantó, perdiendose de la vista de María, y, se escondió detrás de unos arbustos de retamas, esperando para asustarla cuando ésta pasara por el lugar, ya que sabía lo muy asustadiza que era su hermana menor.
Al verse sola en el sendero, la niña María comenzó a llorar llamando a su hermana,no pudo seguirla cuando comenzó a correr, la llamó pero Fina no le contestó.
Al lado del camino, había una cerca hecha de cardones para evitar que los chivos del corral de una vieja casa solitaria, se salieran hasta el arenal, al oír el llanto de la niña, un chivito corrió hasta la cerca sin que ésta lo viera.
El animalito creyó que María era su mamá y, cuando ésta lloraba más alto, casi histérica, el chivito la seguía trotando detrás.
Fina, cansada ya de la espera, resolvió salir a ver que había pasado con su hermana y, vio a María corriendo histéricamente con el chivito detrás.
La mayor de las hermanas resolvió terminar con la situación antes que le diera una crisis nerviosa a la niña, y tomó al animalito por los cachos, tratando de aguantarlo mientras María corría adelante para dejar al chivito.Al soltarlo, por supuesto , el chivito continuó detrás, mientras María tomaba arena para tirarle para que las dejara tranquilas, pero en vano, éste continuaba detrás de la niña porque no dejaba de llorar.
Fina entonces regañó a su hermanita y le pidió que dejara de llorar para que el chivito no las siguiera, pero ésta no hizo caso, así que Fina tomó al chivito en pesos y, como un luchador de estilo libre, lo lanzó al otro lado de la cerca de cardón, para que no pudiera salirse y se quedara con su manada.
Así fue como el chivito se quedó en el conuco y cada vez que pasaban por ahí, María pasaba en silencio, en puntillas,casi invisible para que el chivito no la persiguiera más...
Así me lo contó ella misma cuando me dormía con cuentos del ayer.
Colorin colorado este cuento ha terminado.
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