jueves, 24 de enero de 2013

EL TESORO DE GENOVES. Cuento por Flor Patiño de V


Margarita, mi isla es rica en historias, mitos, leyendas sobre tesoros y entierros de la época de la conquista y de la independencia.
En un sector llamado Genovés vivía una joven pobre que cada noche era "visitada" por un espíritu el cual le decía:
"-Margarita, quiero que saques el tesoro que tengo enterrado en el patio de tu casa. No quiero que sigas pasando necesidad, asì que saca el tesoro.¡¡ Es para Ti!!."
Cada noche, durante el sueño, siempre le aparecía el espíritu y le repetía lo mismo.
Una noche le susurró de madrugada, las señas donde se encontraba dicho tesoro, ésta se armó de valor y siguió la voz  hasta donde se encontraba la empalizada de cardones y, entonces, vio la luz azul que se desplazaba sobre los tunales, ésta fue creciendo, creciendo hasta parecer una estrella brillante, mientras ella la miraba y, ¡passhh! explotaba ante sus ojos.
 La joven corrió asustada hasta su chinchorro y se tapó con la colcha de pie a cabeza temblando de miedo y apretando mucho los ojos para no mirar .Esperó con ansias que amaneciera y el sol disipara su pavor. 
Margarita moraba en su pequeña casa de bahareque con su vieja madre a la cual le contó  a la mañana siguiente, sobre lo que habìa visto cerca de los cardones y tunales del patio. Esta le dijo: -Hija ¿ cómo haremos para sacar ese entierro? somos sòlo dos mujeres casi sin fuerzas para cavar!!!
 Cansada de que el espíritu le hablara todas las noches y no la dejara dormir, decidió buscar a alguien de confianza que le ayudara a desenterrar el tesoro.
En ese tiempo, había una gallera cercana a su casa y una casa de citas, asì que ni pensar en estas personas para ayudarlas, un poco màs retirada, se encontraba la casa de Chicho el vecino más cercano.
 Se apersonò en casa de su vecino Chicho y le contò su historia.El sr se brindò al instante para ayudarla a sacar el tesoro, quedando en encontrarse en horas del mediodia cuando no hubiera nadie por los alrededores.
Margarita caminò por la vereda del patio de la casa a eso de las 12 del medio dìa, sòlo escuchaba el canto de algunos pàjaros en la distancia. 
Levantò la vista y vio venir al Sr Chicho, ataviado con un sombrero de cogollo y un pico en el hombro. Èste sonrio al mirarla esperàndole en el lugar acordado: ella le dijo
_Este es el lugar Sr Chicho!! Aquì me dijo el muerto que estpa el entierro!!
Chicho comenzò a cavar y cuando llevaba casi medio metro de profundidad, sin que Margarita se diera cuenta, lanzò una piedra hacia los matorrales que hizo volar a los pàjaros con gran escàndolo, tomando a la joven desprevenida. Saltò del hueco y le gritò:
-Corrre Margarita que nos agarra el muerrtoooo!!! salendo en veloz carrera. La muchacha corrió tan velozmente como sus piernas le llevaban, cayéndose varias veces entre los cardones. Chicho corrìa adelante hasta perderse en la distancia, por otro lado del camino. Llegòa su casa y como la madre no estaba saliò en su busca en casa de un familiar en el centro de Porlamar.
Chicho, escondido entre los matorrales observò que la muchacha saliò de la casa y caminò hacia el camino real. Saliò de su escondite, volviendo hacia el lugar donde habìa comenzado a escavar  encontrando una gran tinaja, con unas letras, llena de cadenas y monedas de oro, las cuales guardó entre unos trapos que había llevado consigo. Tapó el agujero y se fue a su casa como si tal cosa.
 Llegó muy entusiasmada a lavar las joyas en una ponchera y comenzó a hacer planes con lo que harìa con el dinero, ah por supuesto ni una palabra a la muchacha sobre lo encontrado.
A las 5 de la tarde, mientras Chicho lavaba las prendas, llegò la muchacha a conversar con èl, lo observò lavar las joyas y se sintió tan mal y defraudada que no le dijo nada ni hizo notar su presencia.
Llegó a su casa cabizbaja y no le dijo nada a su madre. Pasaron los dìas y Chicho comenzò a sentirse muy mal de salud. No podìa comer, sentìa un gran dolor que no se le calmaba con nada.
 Cada vez que se sentaba a la mesa, conseguìa entre la comida, agujas y cosas punzantes. Cada ida al mèdico era un gasto muy grande. Las inyecciones que le mandò el galeno, sólo las conseguìa en Trinidad y cada inyección costaba 100 bs de los de aquel tiempo. Comenzó a enflaquecer y a volverse huraño, todo el dinero que le dieron por las prendas se lo gastò en mèdicos y medicinas,todo, hasta que no gastò el ùltimo bolìvar no sintió ninguna mejoría, todo por su avaricia y mala intención.
 Al borde de la muerte, mandó por Margarita para pedirle perdón  pero ya el mal estaba hecho. No pudo volver a caminar.Desde un lugar, en otra dimensión  el dueño del tesoro sonriò satisfecho.

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