el Diablo de Cumanà |
...Cuentan que un día de diciembre, apareció el diablito todo negro y con rabo de tridente cerca de un pueblo muy apartado.
Este diablito, bailaba y bailaba al son de un redoble de tambores y latas de aluminio que algunos niños tocaban en trance ante su danza. Este singular personaje perseguía a las personas que se atravesaban en su camino por las calles de la ciudad, mostrándole un gran tridente donde le depositaban algunas monedas por su baile.
Todos los niños del pueblo le tenían mucho miedo, hasta soñaban que éste les aparecía con su boca llena de sangre, por lo cual no querían salir de su hogar en la época de pascua cuando aparecía el diablito "navegao".
Una tarde decembrina, la abuela María necesitaba ciertos ingredientes para hacer las hallacas del 24 y mandó a Juanita para que fuera urgentemente a comprarle las viandas, la niña, salió toda asustada mirando a lado y lado de la calle para no toparse con el personaje siniestro que bailaba en la ciudad,caminó hasta la bodega que estaba ubicada cerca de la plaza central.
Al doblar la esquina, escuchò un ruido muy tenue de tan! tan! que se iba acrecentando por cada paso que daba hacia la tienda.Juanita abrió mucho los ojos y desde atrás de la esquina de un gran árbol de roble, sacó la cabeza para otear el horizonte, no quería encontrarse al diablito "navegao" estando sola en la calle.
Sus oídos sólo escuchaban el tannn! taann!! de las latas y algunos redobles de tambores que se acercaban rápidamente.¡¡TAA taaaa taaa!!.Pensó que sólo le faltaba recorrer una media cuadra hasta la bodega y le daría tiempo a comprar el encargo de su abuela, pues ésta esperaba los productos para hacer su manjar de navidad.
Así que, armándose de valor, con miedo y todo corrió hasta la pulpería, sólo que al estar casi en la puerta, escuchó aún más fuerte el sonido,el cual le puso la "piel de gallina".
La niña puso un pie en la entrada del abasto pero, para su sorpresa, la señora que atendía, le cerró la puerta casi en la cara diciéndole que no la podía atender pues, el diablito navegao se metería en su negocio y, no se iba a querer ir. Juanita empezó a temblar como gelatina y miró hacia la calle donde ya venía el personaje apurado a perseguirla, miró a su alrededor y todo estaba solitario.
Todos veían a través de los visillos de las ventanas o por la ranura de la puerta.
La asustada niña comenzó a correr, correr y correr lo más veloz que podía y parecía como que no se movía del lugar, su casa a escasas dos cuadras se le puso muy, muy lejos. Con el rostro lleno de lágrimas y aterrorizada, chocó al cruzar la esquina con ...su abuela, que al escuchar el tan tan de las latas salió en carreras a alcanzar a su nieta. OOOHHH!!!Juanita volvió a la vida!!!!
Entraron a la casa cerrando la puerta con una gran tranca, no conforme con eso fue a meterse debajo de la cama en donde se encontró con sus hermanos y hasta el perro.
Al pasar el tiempo ésta comprendió que el diablito navegao era parte de la idiosincrasia del pueblo, pero para ella fue un gran trauma de la niñez.
Al doblar la esquina, escuchò un ruido muy tenue de tan! tan! que se iba acrecentando por cada paso que daba hacia la tienda.Juanita abrió mucho los ojos y desde atrás de la esquina de un gran árbol de roble, sacó la cabeza para otear el horizonte, no quería encontrarse al diablito "navegao" estando sola en la calle.
Sus oídos sólo escuchaban el tannn! taann!! de las latas y algunos redobles de tambores que se acercaban rápidamente.¡¡TAA taaaa taaa!!.Pensó que sólo le faltaba recorrer una media cuadra hasta la bodega y le daría tiempo a comprar el encargo de su abuela, pues ésta esperaba los productos para hacer su manjar de navidad.
Así que, armándose de valor, con miedo y todo corrió hasta la pulpería, sólo que al estar casi en la puerta, escuchó aún más fuerte el sonido,el cual le puso la "piel de gallina".
La niña puso un pie en la entrada del abasto pero, para su sorpresa, la señora que atendía, le cerró la puerta casi en la cara diciéndole que no la podía atender pues, el diablito navegao se metería en su negocio y, no se iba a querer ir. Juanita empezó a temblar como gelatina y miró hacia la calle donde ya venía el personaje apurado a perseguirla, miró a su alrededor y todo estaba solitario.
Todos veían a través de los visillos de las ventanas o por la ranura de la puerta.
La asustada niña comenzó a correr, correr y correr lo más veloz que podía y parecía como que no se movía del lugar, su casa a escasas dos cuadras se le puso muy, muy lejos. Con el rostro lleno de lágrimas y aterrorizada, chocó al cruzar la esquina con ...su abuela, que al escuchar el tan tan de las latas salió en carreras a alcanzar a su nieta. OOOHHH!!!Juanita volvió a la vida!!!!
Entraron a la casa cerrando la puerta con una gran tranca, no conforme con eso fue a meterse debajo de la cama en donde se encontró con sus hermanos y hasta el perro.
Al pasar el tiempo ésta comprendió que el diablito navegao era parte de la idiosincrasia del pueblo, pero para ella fue un gran trauma de la niñez.
Yo le tenia pánico Flor je je je lo veía en el hotel Bella Vista cuando yo tenia 9 años y salia corriendo.muy bueno tu cuento!!!!
ResponderEliminarAy amiga! este fue mi trauma de la infancia...
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